No llores
2019, performance
2019, performance
“No llores”. Lo escuchaba de pequeña cuando me caía y me raspaba; de adolescente cuando un chico me rompió el corazón; de adulta cuando las cosas no parecen seguir el camino que había planeado. “No llores” y yo lo guardaba, me esperaba en silencio a estar sola y desahogarme porque si decía una palabra, mi corazón desbordante no aguantaba. “No llores” y aprendí a oculta mi vulnerabilidad, y con ello, a veces mi incomodidad. “Conmigo sí puedes llorar” y ahora que me lo decían personas en las que confiaba, ya no podía, prefería aparentar, en vez de abrir mi corarzón que ya estaba roto. “No llores” y me dolía la cabeza, me ardían los onos y me apretaba el pecho. “Tranquila, llora” y lo hacía lo menos posible. Prefería suturar mi propia alma, que permitir que un apapacho y mis lágrimas ayudaran a sanar.
Ahora lloro. Porque sé que mi corazón, mi mente y mi alma lo necesitan. Sé que sólo puedo dar paso a la felicidad si suelto la tristeza y la dejo salir. Lloro porque quiero, por tristeza, por coraje, por indignación, el tiempo que lo necesite. Y a ceves cuando pienso que estoy bien, mi cuerpo me recuerda que está bien estar mal.
Lloro y lloraré.